Avalancha de inmigrantes ilegales hacia EE.UU. desborda a Colombia
Ya perfila un escenario de emergencia humanitaria.
Colombia está desbordada por una avalancha de inmigrantes ilegales, en su mayoría cubanos y haitianos, que en su tránsito hacia Estados Unidos atraviesan este país en dirección a la inhóspita selva del Darién para llegar a Panamá, cuya frontera fue cerrada hace casi tres meses.
La incesante llegada de inmigrantes ya perfila un escenario de emergencia humanitaria en la localidad de Turbo, el principal puerto de la región caribeña del Urabá, fronteriza con Panamá, donde un número indeterminado de cubanos, pero en cualquier caso más de mil, permanecen a la espera de continuar viaje que cada vez parece más imposible.
La Defensoría del Pueblo contabilizó hasta el pasado 28 de julio 1.273 personas, entre ellas 260 menores de edad, hacinadas en una bodega de Turbo, cifra mucho más conservadora que los 3.000 inmigrantes calculados por la Alcaldía local, que declaró la calamidad pública en esa población de unos 163.000 habitantes.
Además de los extranjeros represados en Turbo, Migración Colombia confirmó que en menos de 24 horas fueron deportados 360 inmigrantes irregulares descubiertos en los departamentos de Nariño, limítrofe con Ecuador, así como en Risaralda, Cauca, Caldas, Antioquia, Amazonas y Valle del Cauca, en lo que parece la punta del iceberg.
Para atajar el problema, el Gobierno colombiano decidió deportar a los cubanos que están en Turbo, porque acceder a su pretensión de llevarlos por vía aérea a México, sería abrir un hueco para tapar otro y fomentar la trata de personas.
Según el director general de Migración Colombia, Christian Krüger, las autoridades colombianas buscan "preservar la integridad de cada una de estas personas, que por diferentes razones, exponen sus vidas a manos de un grupo de bandidos, que simplemente los ven como mercancía".
Los migrantes, que alcanzan territorio colombiano desde Brasil y Ecuador, se arriesgan a travesías de meses por el interior del país hasta llegar a Turbo, un punto neurálgico en el recorrido entre América del Sur y Centroamérica.
Desde la terminal marítimo de Turbo parten embarcaciones con destino al caserío de Capurganá, en el vecino departamento de Chocó, donde "coyotes" o traficantes de personas conducen a los inmigrantes en "pangas" (embarcaciones) o en un recorrido a pie por la selva del Darién hasta la zona limítrofe con Panamá, según relatan alguno de los retenidos en Turbo.
La oleada de migrantes cubanos, que ya puso en aprietos este año a Centroamérica con el represamiento de miles de personas en Costa Rica, movimiento que concluyó con su traslado vía aérea y terrestre a México tras un acuerdo diplomático, obedece en parte, según analistas, al restablecimiento, en julio de 2015, de las relaciones entre la isla y EE.UU.
Con la reanudación de la relación después de una interrupción de 54 años, La Habana ha pedido a Washington eliminar la Ley de Ajuste Cubano, vigente desde 1966, y la política de "pies secos/pies mojados", que privilegian a los cubanos que logran tocar territorio estadounidense al permitirles solicitar la residencia permanente un año después.
Mientras de Haití, devastada en enero de 2010 por un terremoto, miles han salido en buscan de mejores condiciones de vida. El aumento en el tránsito de estos migrantes desde Brasil se explica, según admitió hoy la canciller colombiana, María Ángela Holguín, a la culminación de las obras de los Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol de 2014.
"Después del terremoto de Haití, los brasileros dieron unos cupos para una cantidad de haitianos, dicen que son 5.000, para que estuvieran en las obras que tenían que hacer para los Olímpicos y para el Mundial de Brasil. Esas obras se acabaron y ahora se quieren ir", declaró Holguín a Caracol Radio.
La ministra recordó que el año pasado se registraron 35 migrantes haitianos en Colombia "y hoy en día han pasado 7.000", y confirmó que le han pedido al Gobierno brasileño apoyo "para que la gente no se esté saliendo" por la Amazonía, vía Perú y desde allí a Ecuador.
"No hay nadie que se quiera quedar en Colombia, nadie ha pedido refugio, todo el mundo quiere a Colombia de paso", apuntó la ministra de Relaciones Exteriores.
Colombia ha anunciado que deportará a los migrantes irregulares como única salida prevista en su legislación, mientras crece la tensión en Turbo, donde alrededor de un centenar de cubanos ha desistido de su viaje y se ha acogido a la deportación voluntaria en tanto que otros amenazan con internarse en la selva del Darién.
EFE